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Con 8 nominaciones al Oscar llega a las pantallas grandes “Los juegos del destino” para mostrarnos las señales que muchas personas presumen para ‘conquistar’ a alguien.
Pat (Bradley Cooper) ha pasado por un momento muy oscuro en su matrimonio, pues un mal día encontró a su esposa Nikki (Brea Bee) en la ducha con un maestro de historia; su reacción fue lanzarse en contra de él golpeándole hasta cansarse. Nikki decide sacar una orden de restricción por lo que Pat no puede acercarse a ella y ahora su furia puede traicionar en cualquier momento; en aquellas situaciones que le hagan recordar algo de su matrimonio como la simple canción de bodas.
Pat ahora vive con sus padres quienes intentan a su hijo a reencontrar el camino; sin embargo él sigue enamorado de su todavía esposa. Por si los problemas fueran pocos, su padre (Robert De Niro) tiende a apostar fanáticamente por su equipo de futbol americano favorito. Cuando más desorientado se encuentra Pat, conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), quien también tiene un pasado tormentoso a raíz de la muerte de su esposo; ambos parecen no llevarse bien al inicio, pero poco a poco podrían ayudarse a reencontrarse a sí mismos.
La película es una excelente opción para pasar un buen rato con una trama, si bien no original, sí desarrollada adecuadamente. Tal vez el pecado de la cinta es la duración que llega a alentar por momentos la historia. Es lamentable cuando el supuesto amor ciega a la razón, convirtiéndose en obsesión y cerrando posibilidades reales que están justo enfrente, y sin embargo, también es una pérdida de tiempo mandar incansables señales hasta hartarse sin contemplar en hablar los verdaderos sentimientos.