Imágenes: Cortesía Universal Pictures
¿Será acaso el deseo de un niño el capricho de Dios que baja a la tierra en forma de oso? Lo que es totalmente seguro es que con alguien como “Ted” a tu lado será una vida larga y divertida, totalmente una experiencia inolvidable.
Ted, a pesar de ser un oso de peluche con vida real, no es como el tierno osito de felpa asociado con los más pequeños de casa; aunque tal vez en algún momento lo fue. Podemos encontrar a todo un adultito atrapado en el cuerpo de un oso, o al menos en cuanto a comportamiento se refiere, pues la personalidad de Ted no es del todo tierna y, después de haber apagado su resplandor, vive una vida de excesos e irresponsabilidades junto con su inseparable amigo de truenos que se niega a madurar y asumir los compromisos que sus 35 años representan.
Evidentemente ellos no son un par de solteros codiciados, sino que hay muchos más personajes en escena como son sus respectivas novias, sus jefes, unos excéntricos y traumados secuestradores, entre otros que dan vida a esta divertida y extrovertida producción.
Ciertamente, además de ser una excelente recomendación por la cantidad de elementos empleados tanto de burla como de comparación con nuestra realidad, el lenguaje que se presenta en esta película pudiera resultar muy altisonante para quien no esté familiarizado con algunos términos o palabras, por lo que el público más joven que podrá asistir a la sala debe tener como mínimo 15 años.
Definitivamente no es una película pensada para niños por el contenido presente en la estructura de la misma, pero eso no impide que sea altamente recomendable para jóvenes y adultos que deseen pasar un buen rato recordando anécdotas de su amigo de peluche que los acompaño durante la niñez.