Imágenes: Cortesía Marvel Studios

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“Capitán América: Un Nuevo Mundo” continúa el proceso de Sam Wilson como el nuevo portador del escudo, tras los eventos de la serie “Falcon y El Soldado del Invierno”. Sin embargo, la reinvención del personaje está llena de altibajos, con un traje que sigue quedando muy grande para llenar.

Nuevo Capitán América, dilema conocido

“Capitán América: Un Nuevo Mundo” intenta consolidar de una vez por todas a Sam Wilson (Anthony Mackie) como el nuevo Capitán América, algo que ya se había manifestado en la serie de Disney+. La película resalta conflictos que, en teoría, ya se habían resuelto, como lo es la duda de Sam sobre su capacidad para llevar el escudo. Este enfoque repetitivo no solo desmerece el desarrollo del personaje, sino que también lo deja en una posición secundaria frente a figuras como Thaddeus Ross, interpretado por Harrison Ford, quien termina por robarse la pantalla cada vez que aparece.

El filme comienza con Sam Wilson investigando una amenaza que puede sumir en el caos al mundo. Eventualmente, el foco se centra sobre el Adamantium, mismo que se convierte en el objeto de deseo de Estados Unidos, cuyo presidente es ahora el mismo Ross, sin reparo alguno en ganárselo a los japoneses. Entre tanto, un enemigo acecha desde las sombras; un misterioso personaje logra controlar la mente de diferentes personas para que cumplan con sus objetivos hasta poner a ambas naciones al borde de la guerra. Por si fuera poco, Ross esconde un secreto aún más peligroso en su interior.

Un legado lleno de incertidumbre

Aunque la premisa de la película es interesante y se desenvuelve bajo una llamativa propuesta de investigación, la ejecución resulta predecible y carente de sorpresas debido a que todo lo que pasa en pantalla se ha expuesto previamente en trailers, sinopsis oficiales y hasta en los pósters; algo sumamente extraño, pues Marvel siempre se ha caracterizado por ofrecer una buena dosis de contenido inesperado.

Anthony Mackie muestra un compromiso palpable con su papel, pero el personaje de Sam Wilson carece de la profundidad de Steve Rogers; el actor se esfuerza, pero el guion no le permite brillar como merece. El villano principal, aunque mejor construido que otros antagonistas recientes de Marvel, no logra destacar. Es Harrison Ford quien, con su presencia y carisma, se echa la película sobre sus hombros, aunque su participación ha quedado demasiado expuesta en la campaña promocional, dejando poco espacio para la sorpresa.

MCU a presión

El ritmo de la película es irregular a causa de la previsibilidad de la trama que incluso hace que algunos momentos se sientan tediosos. La falta de giros narrativos hace ver a esta producción como un relleno más que como una historia necesaria dentro del MCU, en el que intenta conectar desesperadamente las fallidas Fases 4 y 5; no es mala idea, pero ciertamente se siente que llegó muy tarde para eso, porque ni siquiera deja al espectador intrigado a futuro.

Los efectos visuales son muy inconsistentes; si bien existen secuencias de acción espectaculares, hay momentos en donde los elementos se perciben sumamente artificiales. Asimismo, la música no aporta nada memorable a la experiencia y el sonido cuenta con una distribución discreta. A su vez, el diseño de producción es aceptable sin destacar, mientras que el vestuario cumple con las exigencias.  

Claro que “Capitán América: Un Nuevo Mundo” incluye cameos, pero nada impactante; de hecho, son “cantadísimos”; eso sí, logra rescatar nostálgicamente elementos de la película de “El Increíble Hulk” de 2008, protagonizada por Edward Norton, cerrando huecos argumentales, pero abriendo otros. También cuenta con su infaltable escena postcréditos que meramente parece estar ahí para respetar la fórmula más que por aportar algo verdaderamente relevante a futuro.

Detalles de Capitán América: Un Nuevo Mundo

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