Imágenes: Cortesía Cinépolis

“Mr. Nobody Against Putin” llega al cine bajo el cobijo de Sundance Film Festival, como una de las favoritas e imperdibles películas de este tan esperado festival.

Si alguno contara que las escuelas y sus procedimientos son, en realidad, una manera de adoctrinamiento militar, casi nadie lo creería, ni aun habiendo vivido o habiendo sido testigos de las ceremonias escolares en donde se canta el himno nacional y se marcha como lo hacen los soldados. Ahora imagina que, todo este procedimiento escolar patriótico se lleva al extremo cuando tu país entra en guerra y requiere de más soldados patrióticos que den su vida por la madre patria.

El documental “Mr. Nobody Against Putin” se centra en narrar, describir y mostrar a través de la filmación directa de todo lo que se desarrolla como opresión gubernamental que obliga a los maestros y a los alumnos a entrar bajo un régimen y dominio doctrinal bélico para aceptar y participar de esta guerra que declaró Rusia contra Ucrania y que tantos decesos ha sumado en estos años.

La película es una descripción honesta y sin exageraciones de lo que un profesor de una modesta escuela en la ciudad más gris e insana para vivir cuenta a través de su narración simple, inteligente y brutalmente reveladora. Primero describe los problemas de contaminación ambiental que tiene su ciudad debido a la contaminación del ambiente a causa de metales pesados y radiactivos, para pasar a una descripción de sus labores como profesor y todo el recorrido y meritorio que fue para él vivir bajo el yugo de un gobierno que dicta lo que deben enseñar y decir a cada momento en sus clases.

El nuevo plan patriótico de enseñanza escolar implica que todo lo militar se acentúe, llevando a los niños a formar parte activa de una instrucción metodológica dentro y fuera de las aulas, con prácticas inocentes como los honores a la bandera, para después pasar a ver cómo los profesores reciben líneas estrictas que deben leer o decir para los alumnos. El mismo gobierno supervisa todas estas prácticas y obliga a los alumnos a decir ciertas líneas y diálogos sobre la enseñanza que reciben convirtiéndose en apoyo a la guerra.

El movimiento infantil instaurado por Putin implica que la sociedad sea leal solo a él, a través de un modelo propagandista, con tintes de nacionalista, mandando a la sociedad un mensaje claro: "Los niños algún día pueden ser un soldado muerto en la guerra”. Un día, a esos difuntos se les va a condecorar como soldados caídos, les harán una placa con su nombre y encenderán una llama perpetua en su honor.

Con un mensaje muy claro sobre la militarización de las escuelas, “Mr. Nobody Against Putin” ofrece un recorrido visual muy bien equilibrado entre el pensamiento del autor y la correcta edición de su material con el que deja ver la realidad tal cual se vive en el lugar en que está ocurriendo todo, acercando al espectador a una mirada diferente sobre la terrible guerra de la que se escucha hablar, pero de la que se conocen poco detalles como estos, que invitan a la reflexión y a tomar una postura más clara sobre este tipo de conflictos y sobre el poder del gobierno para presionar al pueblo desde la más tierna infancia.

Detalles de Mr. Nobody Against Putin