Imágenes: Cortesía FIFA
La heroica Arabia Saudita salió por un segundo resultado sorpresivo ante Polonia, pero sus propios errores le costaron la derrota 2-0.
La diferencia es la contundencia
Una vez más los árabes salieron revolucionados a buscar la victoria con una Polonia lenta y sin mucha idea. El partido se desarrolló con buen ritmo gracias a la propuesta asiática que intentaba por todos lados llegar al arco enemigo; sin embargo, aunque los polacos ni siquiera generaban suficientes llegadas de peligro, les bastó una para que Piotr Zieliński cerrara una diagonal matona que puso Robert Lewandowski y así adelantar a los europeos 1-0 al 39’.
Los árabes no bajaron de ánimo y buscaron el empate de inmediato, ocasionando un dudoso penal otorgado por el VAR que el arquero Wojciech Szczęsny paró y de inmediato atajó impresionantemente el contrarremate para conservar la ventaja que se mantendría hasta el final de los primeros 45 minutos, ante la insistencia de Saudi Arabia.
Golpe de realidad
Los árabes salieron a buscar el empate ambiciosamente en el segundo tiempo, con Polonia esperándolos sin esforzarse mucho por ir adelante, simplemente destrozaban las posibilidades de los asiáticos que tuvieron algunos acercamientos; particularmente una en la que los europeos tuvieron que revolverse en el área para despejarla tras varios rebotes. También las águilas blancas pusieron a temblar a sus contrincantes con dos balones al poste.
El corazón árabe latía con fuerza, pero sin fineza para definir la anotación lo que les llevó a mostrar desesperación al grado de cometer un trágico error en defensa cuando Abdulellah Al-Malki falló en controlar el balón dejándoselo pleno a Robert Lewandowski quien definió fácilmente para anotar su primer gol en Mundiales y así sentenciar el 2-0 al 82’.
Con la victoria polaca, el grupo C se apretó todavía más dejando todo abierto para la última jornada en la que Arabia Saudita se enfrentará a México y Polonia tratará de asegurar su pase contra Argentina.