Imágenes: Cortesía Hormiguero
Presentación del libro “Cara de Perro” en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, salón F, área internacional de la Expo Guadalajara.
Leer las historias de “Cara de Perro” (editado por @hormiguero) representa subirse a una montaña rusa de intensas y contradictorias emociones, de la que ningún lector baja ileso, sostiene, Gerardo Tena al presentar su ópera prima en la FIL de Guadalajara. La obra la conforman treinta cuentos que relatan con crudeza la vida de distintos personajes de la capitalina colonia Doctores, en las décadas de 1960 a 1980, vistos a través de los ojos de un niño, Cerillo.
“La metáfora de la montaña rusa no es mía sino de un lector que mandó un mensaje grabado a mis editores, donde decía que hubo momentos en que algunas historias lo hicieron llorar de rabia, otras le estrujaron el corazón, pero también con algunas soltó la carcajada”, dijo Tena, periodista de larga data que ejerció la profesión como corresponsal de la Agencia France Presse (AFP) en México y en Cuba; y en la agencia española EFE.
“A lo largo de treinta años escribí con rapidez muchísimas noticias urgentes, que resolvía gracias a altas descargas de adrenalina, el café y el tabaco. En el presente conservo esa velocidad, pero le imprimo a mi tarea de escritor la paciencia de un monje, por la que recibo placenteras dosis de hormonas de la felicidad. En mi carrera, he pasado del vertiginoso carril izquierdo al imperturbable carril derecho, donde las ensoñasiones las mezclo con mis experiencias de reportero”, comentó el autor de “Cara de Perro”.
“Soy un novel que, al filo de la tercera edad, decidí salir del clóset creativo para escribir un libro de emociones y pasiones humanas. Lo fragüé durante tres años de escritura diaria con apoyo de amigos, en especial del escritor Alejandro Paniagua, quien fue mi Cicerone literario. Alrededor de Cara de perro estuvieron muchas personas que me alentaron a seguir picando piedra, que me criticaron o aconsejaron, pero ninguna se mostró insensible, eso me empujó a concluir la obra”, dijo Gerardo Tena en su primera visita a la FIL.
“Los rincones menos presentes en la literatura merecían un libro que les hiciera justicia, mostrara todas sus caras y reflejara el día a día de la gente que va labrando nuestra personalidad, nuestro temperamento, nuestra conducta y, de alguna forma, condicionan nuestro futuro. Cara de perro es un libro de ciudad. De una ciudad. De nuestra ciudad”, ha dicho sobre la obra la escritora, Laura García Arroyo.
La también editora, periodista y conductora en radio y televisión ha comentado: “La forma que consigue Tena para hilar unos relatos con otros logran urdir ese tejido que se mueve entre el social y lo muscular, ahí donde habitan las pasiones, los dolores, los misterios y los temores que bordan nuestra historia. Y en Cara de perro lo hace magistralmente”.
“Cerillo, figura central del libro, es uno de los personajes niños más entrañables que he conocido. Su apodo es preciso, no sólo porque se trata de un alfeñique cabezón de cabellos rojos, sino porque es justo él quien provoca la combustión de los extraordinarios cuentos aquí reunidos”, dice sobre “Cara de Perro”, el escritor Alejandro Paniagua, Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano, otorgado por la Universidad Autónoma del Estado de México (2009).
El principal personaje de los cuentos, Cerillo, “provoca un incendio narrativo en su colonia (la Doctores) tras una explosión de imágenes y personajes memorables. Pero la lumbre de estas narraciones más que calcinar o devastar, deslumbra, inmola y eleva a los lectores. Las llamas de los cuentos de Gerardo Tena resultan cálidas: como un primer beso con la hija de un luchador; son arrasadoras: como el deseo de un cura por los infantes; y consternan: como un padre severo que muere de olvido”, agrega Paniagua.
“Cara de Perro” está a la venta en línea y en Librerías.