Imágenes: Erick Moreno
El Auditorio Nacional brinda un homenaje póstumo a Victor Urbán, compositor y organista titular por más de 20 años del Órgano Monumental del Auditorio Nacional, considerado el más grande de su tipo en América Latina,
Bajo el título “Órgano Monumental del Auditorio Nacional”, se realizó un concierto en memoria de Urbán con cuatro organistas de renombre internacional: Los mexicanos Héctor Guzmán y Eliseo Martínez, el italiano Davide Pinna (los tres últimos discípulos de Urbán) y el austriaco Stephan Kofler, quienes dieron cátedra de las posibilidades del considerado “instrumento orquesta” con música del barroco y hasta la actualidad, repasando las obras de los más grandes autores de todo el mundo y de todas las épocas de la música.
Davide Pinna de Italia abrió este concierto magistral con una de las piezas más reconocidas del repertorio organístico a nivel mundial. “La tocata y fuga en Re menor” para continuar con el “Adagio de Tomaso Albinoni”, en un órgano de diez registros generales que se programan de manera manual, cinco teclados y un teclado de piso o pedal y sus pistones para lograr los diferentes registros y deleitar con tan exquisito sonido. Su participación concluyó con “Procesión y saeta” de Jesús Estrada, en este órgano que era pensado para estar en el Palacio de Bellas Artes, pero al tener dimensiones tan grandes tuvo que ser trasladado al Auditorio Nacional.
Stephan Kofler (Italia-Austria) interpretó una obra del maestro Ramón Noble, “Toccatina”, de quien se dijo que le gustaba escribir para el maestro Urbán porque no existía en él ningún problema de tipo tecnólogo y podía ejecutar cualquier pieza a la perfección. También interpretó “Corale No. 3 en La menor” de César Frank, compositor muy afable, de temperamento muy parecido al del maestro Víctor Urbán; en esta composición hace referencia una vez más a un tema religioso, dándole lugar al espíritu santo en este coral ejecutado con el órgano monumental del Auditorio Nacional. En su ejecución ocurrió algo de lo más común en todos los órganos del mundo, una de las notas del teclado se quedó “pegada”, por lo que fue necesario que el técnico fuera a reparar la parte tubular que había quedado varada, en cuyos casos a veces la única alternativa es retirar el tubo completo.
Héctor Guzmán, músico mexicano que también fue maestro de ceremonias realizando intervenciones muy puntuales sobre las obras que todos los músicos interpretaron, se dio el tiempo para realizar los registros sonoros propios a las obras que le correspondió interpretar, la primera serie de piezas que ejecutó fue la “Sonata de Navidad” de Miguel Bernal Jiménez, con tres movimientos basados en el villancico “Adeste Fideles”, “I. Introito, II. Tema y variaciones, III. Toccata” para finalizar su participación con el “Preludio y fuga sobre el nombre de Bach”, de Franz Liszt, quien al final de su vida se dedicó a crear obras para órgano, dedicándole esta pieza al más grande compositor para este instrumento, Johan Sebastian Bach.
Eliseo Martínez, también de México, fue el encargado de dar cierre a este magno concierto en Homenaje póstumo al gran organista Víctor Urbán, ejecutando “Paisaje” de Jesús Villaseñor, compositor que se encontraba en el recinto y que fue ovacionado por el total de los presentes, “Oblivion” de Astor Piazzola, que está dedicada a la memoria del maestro Urbán, pues fue la pieza que ejecutó en su iglesia Eliseo al enterarse de la muerte del maestro; y “Uno’ scherzo per Adele” del mismo Víctor Urbán, finado el presente año, que significa “Una broma para Adele”, la Adelita, esposa del maestro quienes junto a su familia hicieron posible este magno evento en memoria del gran músico y maestro organista Víctor Urbán.