Imágenes: Cortesía
Francisco Gabilondo Soler, el querido Cri Cri, el “Grillito cantor”, dejó un acervo conocido de 263 composiciones llenas de vida, magia y encanto.
Francisco supo valorar y describir la diversidad de los seres humanos en la vida cotidiana en su contexto cultural y en su época; su curiosidad lo llevó a dibujar con palabras y melodías los oficios y profesiones; imaginó más de 400 personajes que se retratan en sus canciones y narraciones; seres humanos de diferentes nacionalidades y personalidades, con todo tipo de actitudes ante la vida. Él mismo fue: corredor, nadador, boxeador, torero, navegante, músico, narrador, y, además, astrónomo.
Colección de piezas originales de los programas de radio
Gracias a Rosario Patiño Domínguez, esposa y representante artística y personal de Francisco Gabilondo Soler durante toda su vida, y al archivo histórico, que resguarda con orgullo la Fundación Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, presentan una selección de sus grandes éxitos digitalizadas directamente de las cintas originales de los programas de radio en vivo, transmitidos por la legendaria XEW. La originalidad y el valor innegable de esta colección de piezas, es que fueron grabadas en vivo, por lo que captan el preciso momento de la ejecución, que en ese instante llegaban a todos los hogares. Piezas ejecutadas por músicos excepcionales con una capacidad fuera de serie para improvisar, comenzando por don Francisco Gabilondo, quien enriqueció sus propias canciones con aportaciones melódicas o adornos rítmicos que hicieron únicas e irrepetibles cada una de las piezas de la colección.
El oficio hace al ‘maistro’
La capacidad de trabajo y creatividad que muestra está colección es excepcional, tomando en cuenta que el programa del “Grillito cantor” llegó a presentarse semana a semana y hasta diariamente por veintisiete años. Tiempo en que no dejó de ofrecer novedades musicales, cuentos y narraciones de gran calidad. Aunado a la cuidada, concienzuda y esmerada pluma de Gabilondo. Su ‘palabrario’ lo identifica como un defensor y difusor de los mexicanismos que, en sí, son más que “puras habas” y así “ni ánimas” de hacer “guasa” con el idioma, ni “arrempujar” palabras que no son y que “a lueguito” nos dejan una idea “cuatrapeada” dejando las letras de “postín” y con cierto “ditirambo”. No es más que la pura “verdá”. Esta colección, es un documento histórico sonoro, en una época donde la radio era imprescindible en las vidas de las familias sin importar la edad. Con la radio se enteraban de los acontecimientos en el mundo, y con programas como el de Gabilondo Soler, las familias se reunían para disfrutar juntos de un momento de solaz esparcimiento, que más tarde recordaría como amable evocación, llevándolo en su mente y corazón para, a su vez, compartirlo con sus hijos y con las nuevas generaciones.