Reseña: “Rosalina”

: Eder Quintero; 13 Octubre 2022

Reseña: “Rosalina”

Imágenes: Cortesía 20th Century Studios

Dentro de la obra “Romeo y Julieta” existen personajes que se han explorado en menor medida que sus obvios protagonistas; uno de ellos levanta la mano en “Rosalina” que estrenará el 14 de octubre por Star+.

La trascendencia de una obra impecable

“Romeo y Julieta”, del dramaturgo inglés William Shakespeare y publicada en 1597, se ha convertido en una obra de suma relevancia en la Literatura, por lo que ha sido explotada de diferentes maneras. Si bien su género original es un claro melodrama y tragedia, ha sido adaptada a diferentes estilos, a veces en un intento de acercarlas a todo el público y en otras ocasiones meramente como experimento y gusto.

“Rosalina” busca indagar todavía más profundamente en la historia, rescatando a uno de los personajes que ciertamente es parte importante previa a la relación de Romeo y Julieta habiendo dejado una huella imborrable. Como es conocido, Romeo estaba enamorado perdidamente de Rosalina, prima de Julieta; sin embargo, ella no le corresponde. El resto es conocido por todos.

La tóxica de “Romeo y Julieta”

La película se desarrolla justo sobre la premisa principal y el argumento clásico; sin embargo, al tratarse de una farsa, se toma libertades que evidentemente tergiversan el texto original al mostrarnos a una Rosalina (Kaitlyn Dever) completamente enamorada de Romeo (Kyle Allen), dispuesta a dejarlo todo, sin importar la absurda rivalidad entre sus familias. Eventualmente, el destino impide que se encuentre con su amor en una fiesta de antifaces, en donde él se topa inesperadamente con Julieta (Isabela Merced), resultando en un flechazo a primera vista.

Evidentemente despechada al enterarse de la relación entre Romeo y su prima, Rosalina busca separarlos y esto desemboca en complicaciones para la pareja al grado de llevar a Julieta a tomar una decisión que lo puede cambiar todo. Desde luego, esta producción tiene un punto de quiebre para alejarse de la trama que ha trascendido a través de los siglos, meramente tomándola como base para continuar con su propuesta, donde la más grande historia de amor es obstaculizada por alguien a quien las nuevas generaciones pueden calificar como “tóxica”.

Amar sin ser amado, esa es la cuestión

Ciertamente, el primer acto de la película se desarrolla bajo un ritmo semilento en la necesidad de dejar en claro la posición de cada uno de los personajes, por lo que la comedia tarda un tanto en arrancar; no obstante, ya para la segunda mitad, las cosas fluyen con mayor naturalidad hasta arrancar algunas cuantas sonrisas, aprovechando cualquier momento para burlarse de diversas situaciones del texto original. Las sobreactuaciones son base fundamental para hacer que justamente esto sea burdamente creíble; algunas veces se logra, algunas otras, no tanto.

Si bien los vestuarios cumplen con su objetivo, es justo decir que han existido muchos mejores para representar la ropa de los personajes en la época en que se desarrolla la historia. Por su parte, los escenarios cuentan con un diseño bastante atractivo, detonando frescura exagerada, que va acorde con el sentido que trata de imponer la producción; de hecho, esto queda justificado con un soundtrack netamente modernizado.

Además de despertar la curiosidad por retomar la obra clásica de Shakespeare, “Romeo y Julieta”, “Rosalina” representa al desamor y todo lo que alguien puede hacer por tener o recuperar a un ser amado, a veces (sino es que siempre) meramente como objeto de deseo que aviva una ilusión pasajera. Asimismo, la película enfatiza en las consecuencias que pueden tener dichas acciones y qué tanto uno puede hacerse responsable de sus actos.