Imágenes: Cortesía Prime Video

Llega a Prime Video “La Liberación”, nueva serie creada por la cineasta Alejandra Márquez Abella y que se adentra en el complejo tema del acoso sexual en la industria del cine bajo un discurso feminista desde la comedia.

Feminismo con humor negro

“La Liberación” se encuentra ambientada en el México contemporáneo entrelazando elementos de comedia y fantasía negra para explorar las profundas heridas del “patriarcado” a través del tiempo sobre una línea muy delgada entre la fantasía y lo real. De tal forma, con un elenco estelar liderado por Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti y Johanna Murillo, la producción de Prime Video es un viaje introspectivo y provocador.

Los personajes principales se enfrentan a dilemas morales y situaciones extremas mientras navegan entre los roles de víctimas, cómplices y redentoras por igual, por lo que el público llega a cuestionar sus límites y paradojas. La historia presenta a una actriz acosada por un prestigioso director que amenaza con exponer el caso públicamente. Las mujeres involucradas en la producción del importante cineasta intentan negociar con ella para evitar la publicación del escándalo.

Trama inquietantemente provocadora

Esta búsqueda las lleva a un encuentro con una secta que las transporta a una aldea medieval, una alegoría que refiere a los ecos de las injusticias sufridas por las mujeres a lo largo de la historia. Para ello, la serie da saltos en el tiempo usando elementos fantásticos como la brujería para mantener la tensión y la intriga en el espectador. Sin embargo, este enfoque dual entre sátira y drama puede sentirse pretencioso en algunos momentos, especialmente al retratar extremos tanto del feminismo como del machismo.

Cabe recordar y enfatizar que la brujería ha sido base en recientes producciones como si de una moda se tratara al tiempo que el feminismo ha cobrado una fuerza sumamente necesaria. Lo curioso es que ambos temas se conectan de manera trascendental en esta serie y, por si fuera poco, también hace uso de simbolismos religiosos; por lo que igualmente podemos recordar a una imponente figura mitológica que representa justamente al feminismo.

Con una mirada crítica y audaz, “La Liberación” nos sumerge en un mundo con temas complejos y controvertidos. Sin embargo, la serie va más allá de una simple denuncia, proponiendo una reflexión sobre la naturaleza del poder, la culpa y la redención con un adecuado equilibrio entre el humor negro y la crítica social. Los diálogos ágiles y los personajes carismáticos aportan frescura a una trama que nunca deja de ser entretenida y hasta enigmática.

Viaje hacia la autocomprensión y redención

Las actuaciones son destacadas, especialmente las de Ilse Salas y Johanna Murillo. Por un lado, Ilse sorprende con su interpretación de gemelas con personalidades opuestas; por el otro, Johanna demuestra su versatilidad con un personaje ecuánime con tomas de decisiones fundamentales. A su vez, Cassandra Ciangherotti interpreta a un personaje ciertamente estereotipado con un toque de exageración que resulta clave. Diego Boneta, en un papel misterioso y hasta burlesco, promete mucho más en los capítulos más avanzados.

Técnicamente, la serie está bien lograda. La ambientación y los elementos fantásticos sumergen al espectador en la dualidad de la trama, dándose oportunidad de romper ligeramente la cuarta pared en momento puntuales. “La Liberación”, entonces, se percibe como una propuesta presuntuosamente visionaria que busca aprovechar al máximo la complejidad de la historia sin perder su objetivo principal: entretener.

“La Liberación” no teme abordar temas incómodos, cuestionar posiciones ideológicas y sumergirse en terrenos fantásticos para explorar las luchas de género. Además, su propuesta cobra un nuevo significado al visualizar el problema del acoso desde un ángulo diferente; aquél en donde las propias mujeres pueden llegar a defender un hecho atroz con tal de su propio beneficio, cuestionando qué significa realmente ser libre.

Detalles de La Liberación

Trailer de La Liberación