Review: “Mount & Blade II: Bannerlord”

: Eder Quintero; 22 Noviembre 2022

Review: “Mount & Blade II: Bannerlord”

Imágenes: Cortesía Prime Matter | Gameplay PoluxWeb.com

Video: Cortesía Prime Matter

Tras un par de años como Acceso Anticipado, el RPG “Mount & Blade II: Bannerlord” ha llegado definitivamente para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC, como secuela del aclamado “Mount & Blade: Warband”.

Por la restauración del Imperio

El primer título de esta franquicia llegó en 2008 con “Mount & Blade v 1.011” con una mecánica de acción con toque de rol y estrategia en primera y tercera persona. Le siguió “Mount & Blade: Warband” con la misma idea, pero mucho mejor pulida, por lo que ahora, en “Mount & Blade II: Bannerlord” podemos disfrutar de la entrega más redonda y ambiciosa de la serie, desarrollándose 2 siglos antes de los acontecimientos conocidos en los títulos anteriores, poco después de que el Imperio se fracturó en distintos reinos.

Nuestra misión es ayudar a que las facciones puedan reconstruir el Imperio hasta finalmente tomar el rol como emperador, ofreciéndonos libertad en un sandbox con estilo medieval mezclando una vez más la acción con la estrategia y gestión, dando como resultado un juego con muchas posibilidades y muchas horas frente a la pantalla para disfrutarse plenamente. Evidentemente, el camino para ser un emperador es largo, muy largo, pero “Mount & Blade II: Bannerlord” plantea inteligentemente su sistema gradual para empezar con nada y llevarnos a una verdadera experiencia masiva con tres niveles de dificultad predefinidos y uno para personalizar.

Ciertamente, la historia no ofrece demasiada profundidad y la narrativa queda en prácticamente en segundo plano, pese a que el objetivo está bien trazado; de hecho, también se ofrece un modo Sandbox en el que se omite por completo cualquier trama y es que hay veces que hasta dan ganas de meramente saltarse los diálogos; también cuenta con un modo multijugador y batalla personalizada. El cualquier caso, todo lo que ocurre en Calradia se percibe claramente y eso hace que el paso del tiempo se sienta realmente; todo el mapa está en constante cambio dejándonos interactuar según sea el caso.

La evolución de un don nadie

Comenzamos siendo un plebeyo al que debemos personalizar entre diferentes opciones de rasgos físicos y de carácter para finalmente elegir una de las seis civilizaciones disponibles (Vlandianos, Sturgianos, Imperio, Aserai, Khuzait o Battanianos), cada una con características particulares. Algo que llama mucho la atención durante la creación del personaje es la definición de su pasado, pues incluso establecemos cómo fue su infancia y adolescencia, lo que otorga ciertas fortalezas, pero también debilidades, y es que siempre es bueno recordar que además de la fuerza bruta también hay cosas que se pueden negociar con diplomacia.

Los primeros pasos invariablemente nos llevan a invertir nuestro oro en miembros de nuestro ejército y en recursos alimenticios; destaca que cada uno tiene su sueldo y evidentemente hay que cuidar su estado de ánimo. Evidentemente, tener a un nutrido equipo nos da mejores oportunidades oportunidad tanto para defendernos de los delincuentes como para comenzar nuestra expansión rumbo al objetivo definitivo.

“Mount & Blade II: Bannerlord” propone un sistema de comercio propio de la Edad Media, por lo que debemos usar nuestros recursos sabiamente, invirtiendo en comida, ganado y demás materia prima; de hecho, cada región se especializa más en ciertos productos, lo que influye en el valor de reventa en lugares donde escasea (oferta y demanda pura). Es muy importante cuidar los recursos y siempre tener dinero tanto para poder pagarles a nuestros fieles soldados, como para invertir en momentos clave y así igualmente mantener buenas relaciones con las personas más influyentes de cada territorio.

Un recorrido por la Edad Media

Justamente en el mapa podemos movernos de un lugar a otro y vaya que recorrer todo lleva su tiempo, pues la dimensión del territorio es amplísima, pasando por pueblos y ciudades en las que resaltan construcciones propias del medievo como castillos, además de algunos escondites de bandidos con los que comúnmente debemos batirnos en duelos ya sea para defendernos o para cumplir alguna misión. Destaca que, si los derrotamos, podemos hacernos con un botín bastante útil pues, además de dinero, podemos hacernos de más caballos y accesorios para nuestra armadura.

Al llegar a un lugar en específico, podemos optar por recorrerlo libremente en donde la cámara cambia radicalmente a vista de tercera o primera persona, según se prefiera. Sorprende que cada espacio ha sido bien diseñado, por lo que, así como hay aldeas con construcciones humildes, también hay espacios mucho más grandes con arenas y comercios, los cuales incluso podemos comprar para ir aumentando nuestra presencia en cada territorio. De hecho, hay lugares que podemos recorrer a pie o a caballo. Claro que podemos interactuar con algunos NPC para aceptar misiones secundarias, mismas que normalmente deben ser cumplidas en un tiempo límite para ganar la recompensa correspondiente.

El fin justifica los medios

En cada territorio también podemos comprar aliados y soldados para que se a nuestra aventura; al paso del tiempo podemos tener un ejército verdaderamente imponente y esto permite justamente que el juego cobre proporciones colosales para una experiencia mucho más auténtica. Justamente cuando ya tenemos las tropas podemos invadir un lugar en específico.

El sistema de combate también tiene un grado de aprendizaje con armas como arcos, lanzas y espadas, con manejo que implica elegir entre cuatro direcciones al momento de atacar, ya sea a pie o a caballo; sin duda alguna lleva su tiempo dominarlo al grado de que al inicio es un obstáculo que bien puede desilusionar a muchos, pero que al paso del tiempo se justifica. En todo caso podemos atacar, bloquear, interactuar, agacharse, patear, saltar y mostrar objetivo.

Por si fuera poco, además de librar batallas encarnizadas, podemos hacer uso del sigilo, aunque de manera muy rústica; al final, el objetivo es derrotar al jefe de los enemigos ya sea enfrentándonos frente a frente o en grupo. Si bien al principio, los enfrentamientos son entre pequeñas tropas, al haber pasado varias horas son centenares de tropas a las que hay que comandar.

Ambientación propia del medievo

El apartado gráfico de “Mount & Blade II: Bannerlord” evidencia el paso generacional a comparación de los títulos anteriores; definitivamente estamos ante una estética muy cuidada que recrea adecuadamente cada uno de los sitios en los que nos encontramos en cualquier hora del día y una interfaz no tan saturada que permite familiarizarse rápidamente. Claro que no estamos ante un juego con gráficas impactantes, pero realmente podemos apreciar paisajes muy bonitos e incluso se incluye un Modo Foto para guardarlos.

La música cumple acertadamente con el tono épico y aventurero que se le pudiera exigir. Los efectos de sonido son adecuados, pero no llegan a ser sobresalientes, por lo que, aunque sí cuenta con una distribución envolvente para teatro en casa, lo cierto es que con una barra de sonido puede ser suficiente; en cualquier caso, lo mejor es colocarse unos buenos audífonos y perderse en la experiencia. Cabe mencionar que los diálogos hablados (básicamente la narración) permanecen en inglés, los textos (hay demasiados) han sido localizados al español, inglés, portugués, alemán, francés, italiano, japonés, chino, polaco, entre otros.

Entrega redonda

“Mount & Blade II: Bannerlord” ofrece una experiencia genuina de la época medieval. Si bien la historia pudo mejorarse mucho y faltó pulir aún más algunas mecánicas de juego, lo cierto es que aquellos que gustan de la gestión y estrategia con un toque de acción, pueden encontrar en este título un verdadero oasis gracias a las posibilidades de crecimiento y libertad de desarrollo que refleja nuestro personaje; eso sí, se requiere invertir mucho tiempo.

“Mount & Blade II: Bannerlord” ya está disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC.