Imágenes: Erick Moreno
Desde Iztapalapa, arribando al Palacio de Bellas Artes, llega la ópera en Náhuatl Cuitlahuatzin, para todo público y de entrada libre como muestra de arte para el pueblo mexicano.
José Manuel Oropeza Morales, coordinador general de la Autoridad del Centro Histórico de la Ciudad de México, junto a Clara Brugada Molina, alcaldesa de Iztapalapa, Mónica Pacheco Skidmore, directora ejecutiva del bosque de Chapultepec, Claudia Curiel de Icaza, secretaria de cultura del Gobierno de la Ciudad de México, Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de cultura del gobierno de México, Lucina Jiménez López, Directora General del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Samuel Máynes, autor del libreto, Ragnar Conde, dirección escénica, Humberto López Sánchez, director concertador de la orquesta camerata metropolitana, ofrecieron sentidas palabras sobre lo que es este sueño hecho realidad en el que la cultura de las edades por fin se presenta en la ciudad de México, en su lengua originaria y resaltando la vida y obra de sus personalidades más destacadas, como es el caso de Cuitlahuac.
Como apertura del evento en el que se da a conocer la fecha de presentación de la estupenda opereta de nombre “Cuitlahuatzin”, dos de los cantantes ofrecieron cada uno un número musical acompañados al piano y en lengua náhuatl que sorprendieron a la audiencia. Fue Rogelio Marín y Linda Saldaña junto al vestuario del gran Cuitlahuatzin, los encargados de realizar una pequeña muestra de lo que será la presentación del lunes 17 de julio en el máximo recinto para las artes, el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México en punto de las 19:30 horas, con apertura para todo el público.
Claudia Curiel comparte: “Yo agradezco mucho la invitación, para hacer en conjunto, con representantes de todas estas instituciones, este anuncio sobre la presentación de este espectáculo operístico y darle la vuelta a un modelo occidental que siempre ha sido exportado e importado y que, ahora le dé la vuelta la alcaldesa para que sean desde nuestras raíces y podamos aportar y hablar de nuestra historia, me parece uno de los aciertos principales de esta ópera cantada en náhuatl clásico del compositor mexicano Samuel Zyman con libreto de Samuel Máynes, es una oportunidad única para revisitar justamente nuestra historia a través del arte y defender las lenguas originales como la historia el arte por supuesto, también es una herramienta que nos permite comprender nuestro pasado, nuestro presente y proyectar nuestro futuro, muestra de ello es esta puesta en escena donde la música orquestal, el canto operístico el teatro y la danza se conjuga para recrear la Iztapalapa prehispánica y eso bueno, cuándo lo habíamos visto no, nuevamente es otro de los aciertos”.
Y reiteró que: “Nos vemos este lunes 17 en el que se va a tener la oportunidad de conocer tal cual, desde otra perspectiva, pasajes de la historia de nuestro país que se habían mantenido fuera de las narrativas imperantes, resulta justo y necesario. Por ello es importante reconocer esta contribución de la obra a la difusión de la cosmogonía de todo un pueblo y la reivindicación de un personaje que simboliza la resistencia, como lo es Cuitlahuatzin”.
Recordemos que en lengua náhuatl se utiliza la terminación tzin como forma reverencial, por lo que el nombre Cuitlahuac queda reverenciado y descrito como el venerable o el apreciable, cuando se le suma el sufijo antes mencionado, y pierde su letra final, por lo que el nombre de esta cantata mexicana queda Cuitlahuatzin, presentación extraordinaria con la que se invita a los ciudadanos mexicanos a ser parte de este rescate cultural y de esta forma de arte que da nuevos alcances y abre horizontes para el rescate y los saberes que son propios del mismo pueblo mexicano, y que dan identidad y gloria a un pasado que parece remoto, pero que ha permanecido tan presente como sus personajes más destacados.