Imágenes: Cortesía Storytel
Jesús Maeso de la Torre presenta su novela “Los Hijos del Sol” en voz de Gus Cantolla en una narrativa para entretener a quienes gustan de este género literario.
Con una narrativa total y absolutamente novelesca, Jesús Maeso presenta este libro en el que se describe la vida de Ocelotl un indígena azteca ilustrado que vivió en carne propia la llegada de los españoles, la conquista del Anáhuac y que, además, viaja a España a intercambiar conocimientos astronómicos mayas con los hombres cultos de la época exponiéndose a las duras represalias por tener conocimiento distinto a lo establecido por la iglesia católica.
Entre sus andanzas de vida, el personaje va llevando al lector por una cascada de información, descripción y anécdotas ficticias de lo que un indígena de la alta sociedad va experimentando a lo largo de las etapas de su vida los diferentes hechos que marcan a una persona, sus decisiones, sus amores y lo que vive quien enfrenta un choque cultural de la envergadura al que se vivió a principios de 1500.
“Los Hijos del Sol” es una novela innecesariamente extensa, con descripciones que intentan llegar a algo importante, pero que no terminan de asentarse dentro de una ideología sumamente impregnada de la forma de ver del extranjero a los indios centroamericanos, con un uso de definiciones trilladas y mal enfocadas que se vienen arrastrando desde siempre cuando se habla de culturas mesoamericanas en un intento por imaginar la grandeza del conocimiento indígena frente a los modos y maneras europeos que no enseñan nada nuevo y que mucho menos dan verdad sobre aquellos acontecimientos.
Es una obra sumamente imaginativa en la que, por momentos, intenta hacer uso del erotismo, pero que no llega más que a una banal descripción de encuentros sexuales en una historia que recoge pedazos del acervo cultural de los fragmentos que ha dejado la historia, los escritos y las posturas de aquellos que cuentan los supuestos del momento de la colonización que se vuelve extenuante al intentar llegar a algo, mientras pasan los minutos y se ve interminable cada capítulo y más aún el libro entero.
“Los Hijos del Sol” puede ser un buen entretenimiento para quienes gustan de este tipo de novelas, pero que, de ninguna manera, puede tomarse como un hecho real, ni mucho menos como un libro de consulta histórica para hacerse de un bagaje cultural de lo que fue la historia indígena del pueblo mexicano.
Lo más rescatable de “Los Hijos del Sol” (cuyo nombre pudo quedar mejor “Los hijos de la Luna” -o “del Maguey”- ya que habla de los mexicas y no de los incas), es cuando habla de la máquina que permite medir con exactitud el tiempo, las fases lunares, eclipses y demás acontecimientos celestes que aunque no describe del todo el funcionamiento de tal artefacto, ni las formas, ni maneras de medición y conocimiento de la observación celeste y la cuenta del tiempo antigua, ni da nada de valor útil a la vida cotidiana del lector, pero sí resalta la gran sapiencia de los antiguos sobre el retraso del conocimiento europeo de la época a los que trata con singular respeto y cuidado.
“Los Hijos del Sol” se encuentra disponible en Storytel.