Imágenes: Cortesía tesa
Uno de los elementos más comunes que se utilizan cada día para la compra de productos es la tarjeta de crédito o débito, que en todos los casos incluye una pequeña pieza: el chip.
Este chip comprende un sistema que almacena y protege la información del usuario para evitar cualquier robo de identidad, y autoriza la transacción del usuario al momento de usar la tarjeta garantizando total seguridad.
Es tal su relevancia, que se calcula que las tarjetas con chip se usan en el 90% de las transacciones cotidianas en diferentes puntos de venta, y hasta el 60% de los pagos en línea se hacen con ellas. Prácticamente cada vez que se abre una cuenta bancaria se emite al menos una tarjeta que debe renovarse cada cierto tiempo cuando se cumple su caducidad. Según la Asociación de Pagos Inteligentes (SPA), se fabrican y entregan unos tres mil millones de tarjetas de pago en todo el mundo cada año.
De acuerdo con Carlos Romo, gerente de ventas de Industrias Seleccionadas de tesa Norte América, el ensamblaje de estas tarjetas requiere altos estándares de calidad que garanticen durabilidad y seguridad. “En tesa estamos conscientes de esa necesidad y por ello ofrecemos una solución especial para que la pequeña pieza electrónica se adhiera a la tarjeta”, dijo Romo. “Gracias a tesa HAF, que integra una gama completa de películas activadas por calor, hay un alto nivel de fuerza de adhesión entre el chip y la tarjeta”.
Romo asegura que la solución de tesa ofrece una adhesión fiable, a largo plazo, de los chips y brinda un buen soporte de trabajo en todas las líneas de su implantación. El adhesivo también es adecuado para usarse en sustratos de PVC, ABS, PET y PC (el sustrato es la capa base de una estructura como un chip, un módulo multichip, una placa de circuito impreso o un plato de disco).
Asimismo, tesa también ofrece soluciones específicas para el mercado de las tarjetas de interfaz dual (DI Cards), que son las tarjetas de crédito y débito con un solo chip integrado que permite realizar transacciones con y sin contacto. "Sin contacto" significa que tiene un chip RFID (identificación por radiofrecuencia) que se comunica a un lector y una antena de radiofrecuencia, o el chip NFC (comunicación de campo cercano) que le permite obtener la información de identificación de la tarjeta, mediante transmisión inalámbrica al mostrar el chip a un dispositivo, sin insertar la tarjeta. "Contacto" significa que se puede usar con lectores físicos, a través de una banda magnética tradicional o cuando el chip se introduce en un lector.
Se considera que el mercado de este tipo de tarjetas está en pleno auge, y se calcula que el mercado actual global es de USD $13,9 mil millones. Para el 2026 se prevé que crecerá a$16,900 mil millones. "Estamos atendiendo un mercado en crecimiento, y para los procesos de ensamblaje de las tarjetas de interfaz dual, ofrecemos tesa HAF 8414, una película conductora anisotrópica de fundición en caliente, que permite que la incrustación mecánica del módulo y el contacto eléctrico de la antena se realicen en un solo paso, como en el montaje de las tarjetas de contacto", explico Romo.
Cabe señalar que tesa también fabrica productos especiales para las empresas que envían por correo tarjetas bancarias o de regalo. “Calculamos que hasta un 20% de las tarjetas fabricadas se adjuntan a una carta y se mandan al cliente final por mensajería”, dijo Romo. “Para su montaje, ofrecemos las soluciones tesa Card Label, que incluye una gama de etiquetas de extracción y rollos sin fin para asegurar la fijación de las tarjetas en las cartas”.
Para ofrecer productos confiables, tesa analiza en sus laboratorios los materiales de los clientes en combinación con varias soluciones de cintas adhesivas, considerando las exigencias específicas del cliente. Los análisis incluyen pruebas de resistencia, flexión en diversas condiciones, así como pruebas climáticas, entre otras, con las que puede brindar soluciones de cinta adhesiva que se adaptan a cualquier aplicación técnica.