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Es tiempo de embarcarnos en un nuevo viaje al Infierno con la llegada de “Diablo IV” que marca el renacimiento de la mismísima Lilith. El juego ya está disponible en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC.
Lilith está entre nosotros
La cuarta entrega de la aclamada saga “Diablo”, que comenzó en 1996, logra rescatar la esencia de la franquicia y explotarla en su máximo nivel, al menos hasta ahora, para complacer a todos los fans y ganar nuevos adeptos que quieran sumergirse en un tétrico Santuario infestado de demonios como referencia a la eterna lucha entre el bien y el mal. De tal forma, regresan características clásicas, pero también se incorporan novedades que nos llevan a explorar un mundo abierto e incluso a enfrentar a otros jugadores. Vale la pena refrescar un poco la memoria jugando los títulos previos pues en éste se incluyen algunos guiños.
Desde su anuncio y durante toda su promoción, “Diablo IV” ha mostrado a todas luces que centra su atención en el imponente regreso de Lilith, hija de Mefisto, catalogada como “La Creadora” y Reina de Súcubos (demonios femeninos). Cabe hacer mención que, a lo largo de la historia, Lilith ha sido punto de referencia en la mitología mesopotámica, pero también en diferentes religiones e incluso como la representación de una femme fatale (mujer fatal), así como figura feminista en la lucha por la igualdad con el hombre; ¿te suena conocido?
Todo comienza cuando un grupo de hombres, ante su eterna ignorancia, libera al poderoso ente de su cautiverio, mientras nosotros estamos justo en el lugar y tiempo necesario para convertirnos en la única esperanza para detener al poderoso demonio de completar sus planes para con el Santuario. Definitivamente, la historia es algo que el jugador debe ir descubriendo por sí mismo, convirtiéndose en una de las mejores narrativas de la franquicia, con un tono serio, maduro, lúgubre y, por supuesto, violento; además, presenta algunos giros medianamente inesperados que enriquecen mucho la experiencia que encamina a un desenlace emotivo.
Comienza una nueva guerra demoniaca
Antes de comenzar la campaña, elegimos a una de las cinco clases para nuestro personaje: Bárbaro, Nigromante, Hechicero, Renegado o Druida. Desde luego, cada uno de ellos cuenta con sus propias características que resultan en experiencias de jugabilidad lo suficientemente diferentes para invitar al rejuego; por ejemplo, mientras los Bárbaros centran su habilidad en el armamento, los druidas pueden transformarse en osos y lobos, pedir apoyo de otros animales y hasta controlar fenómenos naturales; por su parte, los hechiceros pueden generar fuego, electricidad y frío, al tiempo que el Nigromante invoca a los muertos para que lo acompañen en combate (mi favorito). Por si fuera poco, cada clase cuenta con su propio árbol de habilidades y algunas mejoras en su estilo.
Sin importar la clase elegida, debemos personalizar a nuestro avatar apoyándonos de una cumplidora gama de opciones de aspecto; así, podemos elegir su rostro, cuerpo, cabello, complexión y tatuajes, además las armas y armaduras recolectadas durante la campaña también van cambiando su look. Al paso del tiempo y gracias a las habilidades de cada una de las clases, el personaje se siente cada vez más propio.
“Diablo IV” ofrece 4 niveles de dificultad (dos disponibles de inicio) en función del desafío de los enemigos; además, el juego ofrece cierto apoyo de acuerdo con la experiencia que tenga el jugador en títulos previos de la saga. El reto está garantizado según lo exija el propio jugador; en todo caso, completar la historia principal puede llevarnos alrededor de 30 horas, aunque hay ocasiones en que parece que bien podrían haberse evitado algunos pasajes e incluirlos como una de las tantísimas misiones secundarias, tales como exploraciones y eventos aleatorios a lo largo del extenso mapa, con más de 150 mazmorras y muchos ítems que encontrar en cofres y objetos rompibles, así como altares de Lilith y demás elementos; afortunadamente, siempre hay un indicador que nos muestra nuestro punto a alcanzar y existen viajes rápidos. Lo mejor es que todo suma a la rica narrativa, además de ofrecer recompensas.
De paseo por el Santuario
El desarrollo de las misiones tiende a ser muy cuadrada, por lo que prácticamente siempre vamos de un punto a otro con el fin de hablar con un NPC para que nos diga hacia donde debemos dirigirnos y así enfrentar a enemigos y a los correspondientes jefes, todo bajo un estilo hack & slash con la debida gestión de recursos. Si bien es una fórmula que funciona, queda la sensación de que pudo haberse dado un poco más de variedad para que fuera un título redondo en este renglón. Toda la acción se desarrolla bajo la acostumbrada perspectiva isométrica que ciertamente pudo haberle asentado bien un manejo más cómodo, sobre todo con un control manual del zoom que nos permitiera tener un campo de visión más amplio o bien acercarlo para apreciar con mejor detalle la acción.
El gameplay es mucho más libre que en sus antecesores, con acceso práctico y hasta intuitivo a las diferentes habilidades, haciendo uso de un amigable mapeado de botones. Esto se agradece y mucho dado que constantemente estamos enfrentando a hordas de enemigos monstruosos que nos obligan a implementar todos nuestros ataques, así como el novedoso movimiento para esquivar y contragolpear con un sistema muy fluido y entretenido, por más que dependa de un de tiempo de recarga y la barra de esencia.
Existen enemigos de diferentes tamaños y dificultades; desde los más sencillos, pero números, hasta los más imponentes, sin olvidarnos de los jefes, mismos que presentan un nivel de detalle mayor que antes no solo de manera visual, sino también en su comportamiento, por lo que para derrotarlos debemos ser pacientes para encontrar el mejor momento de ofenderlos en cada una de sus fases.
Bendición de las tinieblas
Es muy importante señalar que “Diablo IV” requiere mantenerse conectado a los servidores, por lo que no puede jugarse offline; algo que, a decir verdad, parece innecesario. De hecho, durante una partida en solitario, el juego simplemente arrojó el código de error 395002 en plena batalla con un jefe a punto de vencerlo tras más de 10 minutos de un intenso enfrentamiento, solo porque se habían saturado los servidores; algo verdaderamente frustrante y molesto. Esto está pensado para empujarnos al JcJ de manera natural en una zona completa del mundo, una modalidad que tiene su complejidad pues debemos cumplir con una gran cantidad de objetivos para hacernos de objetos; sin embargo, es justo señalar que existe un poco de desequilibrio entre clases que bien pueden amañar algunas partidas. Lo más rescatable de todo esto es que existe compatibilidad con crossplay con la posibilidad de crear clanes o unirse a uno de los existentes.
También vale la pena mencionar que “Diablo IV” incluye una tienda en donde podemos adquirir más aspectos para armas, armaduras y personajes sin que afecten realmente la experiencia del juego más allá de la personalización visual, por lo que algunos precios pueden parecer un poco exagerados. Para comprar debemos gastar una moneda in-game que se adquiere con dinero real o bien completando desafíos. Cabe resaltar que también se puede adquirirse una mejor versión del juego.
Incluso habiendo terminado la historia principal, siempre hay oportunidades de seguir explorando el Santuario de una manera bastante atractiva y adictiva, por lo que es fácil perdernos unas horas más para seguir mejorando a nuestro personaje y completando misiones alternas. A esto se le suma el gran contenido adicional que irá saliendo paulatinamente a través de temporadas.
Los colores y sonidos del Infierno
Pese a que es un título intergeneracional, “Diablo IV” se ve bastante atractivo gracias a su alto nivel de detalle gráfico en todo el mundo que nos hace sentir los cambios de locaciones, gracias a un impecable diseño de producción que hace gala de un gran modelado, texturizado e iluminación, que se suman a las fluidas animaciones. Todo esto crece de manera significativa en las cinemáticas, las cuales recrean una auténtica experiencia cinematográfica en donde además relucen las expresiones faciales para transmitir cada emoción de los personajes. Desde luego, no se puede dejar de resaltar la presencia de Lilith, la cual luce tan sagrada como demoniaca a la vez; un verdadero logro de la producción. Siempre es importante remarcar que cuenta con opciones de daltonismo.
La banda sonora encaja muy acertadamente con el tono lúgubre del juego, adecuándose a nuestro paso por el mundo abierto del Santuario, con ciertos matices medievales para que suene épico. Igualmente, cabe acotar que el juego llega con un gran doblaje al español latinoamericano, así como castellano y otros idiomas como inglés (también con gran interpretación), francés, italiano, alemán, japonés, portugués, chino, coreano, polaco y ruso, mientras que los textos han sido localizados al español, inglés, francés, alemán, italiano, japonés, polaco, ruso, portugués, turco y chino.
Más sabe el diablo…
Definitivamente, “Diablo IV” demuestra que la franquicia está en su mejor momento, tanto a nivel técnico como narrativo, logrando capturar al jugador, sumergiéndolo en la eterna pelea entre el bien y el mal, mientras se regocija con la imponente aparición de uno de los demonios más temibles de los que se tiene conocimiento dentro de la cultura popular. Por si fuera poco, ofrece una gran cantidad de juego sin que se sienta pesado o repetitivo; por el contrario, es común sentirnos atraídos para seguir completando misiones aun habiendo completado la historia principal, sin olvidar que podemos volverlo a pasar con otros personajes, cambiando en buena medida la experiencia jugable, con la posibilidad de acceder al contenido endgame más rápido saltándose misiones. Por si fuera poco, cuenta con cross-save, por lo que podemos mantener nuestro progreso sin importar la consola en la que tengamos cargado el juego.
“Diablo IV” nos deja relamiéndonos los bigotes rumbo a los contenidos que irán lanzándose por temporada, pues se antoja que el juego siga creciendo y evolucionando significativamente al paso de los meses. Por ahora, su contenido base, por sí mismo, es capaz de cautivarnos por horas y deja la pregunta al aire sobre qué más podríamos ver a futuro; después de todo, “pecar es su derecho de nacimiento”.
“Diablo IV” ya está disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC.
Distribuidor: Blizzard Entertainment
Desarrollador: Blizzard Team 3
Género: RPG | Acción | Hack & Slash
Plataformas: PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S, PC
Duración aproximada: Principal: 30 hrs. | Completo: 90 hrs.
Idiomas en audio: Español, Inglés
Idiomas en texto: Español, Inglés
Modo en línea: Sí
Jugadores locales: 1
Jugadores en línea: 2 – 4
ESRB: Mature 17+
Fecha de lanzamiento: 5 de junio de 2023
Precio: PS4,PS5: USD $ 69.99 | X1,XSX|S,PC: MXN $1,399.00
Reseñado en: Xbox Series X gracias a un código otorgado por Blizzard Entertainmnet
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