Review: “Nikoderiko: The Magical World”

: Eder Quintero; 09 Noviembre 2024

Review: “Nikoderiko: The Magical World”

Imágenes: Cortesía Knights Peak | Gameplay PoluxWeb

Video: Cortesía Knights Peak

“Nikoderiko: The Magical World” llega a PlayStation 5, Xbox Series X|S y Nintendo Switch para transportarnos a un universo de plataformas lleno de color y nostalgia, donde dos adorables mangostas, Niko y Luna, emprenden una aventura épica para recuperar una reliquia robada.

Cuento sencillo, pero encantador

Desde su anuncio, “Nikoderiko: The Magical World” no dudó en manifestar su influencia en títulos como “Crash Bandicoot” y “Donkey Kong Country”; ahora que ya hemos podido probarlo, entendemos plenamente a qué se referían sus desarrolladores. Si bien este título nos presenta personajes e historia inéditas, la realidad es que, de inmediato, nos remonta a los mejores años del marsupial y del gorila, sacando provecho a una fórmula combinada de aquellos elementos que los hicieron convertirse en íconos de su género.

Incluso los objetos y mecánicas invariablemente nos hacen recordar las tardes en que controlábamos a Crash y a Donkey; por ejemplo, así como hay que huir de imponentes enemigos que nos corretean a nuestras espaldas y debemos golpear repetidamente un objeto al final de cada nivel, también hay barriles y paseo por rieles en minas. En realidad, entre tanto homenaje apuntalado como gran virtud, también es cierto que deja de presentar propuestas propias.

La narrativa de “Nikoderiko: The Magical World” es simple, pero funcional para un título familiar. De inmediato se nos presenta a Niko y Luna en una aventura al puro estilo de Indiana Jones en la que encuentran una valiosa reliquia que el temible Grimbald les roba. Es así como debemos acompañar al dúo de mangostas en su misión por recuperar el valioso tesoro a lo largo de siete mundos con sus respectivos niveles llenos de peligros como enemigos y obstáculos, pero también algunos nuevos aliados.

Homenaje a los grandes plataformeros

El gameplay es una carta de amor a los grandes clásicos de plataformas intercalando recorridos en scroll horizontal y en 3D en un mismo nivel mientras derrotamos enemigos, esquivamos peligros y encontramos cofres, además de uno que otro pasaje oculto que nos lleva a encontrar ítems y niveles secretos que debemos superar en un tiempo límite para ganar más recompensas. Cabe mencionar que, la densidad de coleccionables puede resultar abrumadora para algunos jugadores y es que el juego cobra su mayor fortaleza en este rubro dado que no ofrece demasiada dificultad en su avance lineal; eso sí, las cosas cambian cuando queremos encontrar hasta el último rincón secreto arriesgándolo todo en una caída.

Entre los objetos que vamos obteniendo a lo largo de la aventura encontramos estrellas, diamantes, pergaminos, monedas, llaves y ‘caritas’, así como las letras que formen la palabra NIKO. Localizar el 100% no solo nos sirve para elevar nuestro orgullo, sino para abrir cofres sorpresa que desbloquean modelos de personajes y escenarios para visualizarlos en una galería. Evidentemente, podemos cursar cuantas veces queramos cada nivel para encontrar más objetos; lo mejor es que, podemos reintentar los niveles secretos de inmediato, si es necesario.

Un viaje fantástico lleno de peligros

Los niveles están diseñados para ofrecer un desafío diferente, sin faltar aquellos bajo el agua; sin embargo, el juego pudo tener una mayor variedad de enemigos, pues en este renglón sí puede sentirse ligeramente limitado, pero, aun así, se las ingenia para que la manera de derrotarlos sea diferente, ya sea cayéndoles encima o barriéndonos contra ellos, encontrando dinamismo en nuestro recorrido. Los controles responden bien tanto con el stick como con el pad direccional, permitiéndonos saltar (tan alto como se deje presionado el botón), deslizarnos, agacharnos, agarrar y lanzar objetos, así como rebotar en paredes, caer fuertemente y planear durante una caída.

Respetando las convenciones del género, cada nivel tiene al menos un checkpoint para que reaparezcamos desde dicho lugar si llegamos a tropezar en la aventura. Vale la pena acotar que contamos con tres corazones que marcan nuestra salud; automáticamente se nos descuenta uno si somos dañados y, si perdemos todos, entonces es hora de volverlo a intentar. Claro que, si caemos al vacío o tocamos los infaltables picos, se gastan todos los corazones, por lo que resulta vital calcular bien los saltos; en este sentido, no hay momentos realmente frustrantes como en otros títulos.

Una aventura con compañía

Por si fuera poco, hay algunos animales que nos ayudan en nuestra misión y que se encuentran esperando escondidos en una caja en puntos estratégicos de cada nivel. Entre ellos se encuentra un sapo que escupe fuego y da saltos más altos, un dinosaurio que se traga y escupe a los enemigos (sí, yo también pensé en Yoshi), un dragón que nos permite volar y un caballo marino que lanza un rayo láser, por mencionar algunos. Todos ellos sirven para que el avance se perciba diferente rompiendo la monotonía nivel a nivel. Destaca que podemos comprar al sapo, dinosaurio y jabalí invirtiendo monedas para invocarlos durante la partida; sin embargo, hay que pensarlo bien pues no en todos los lugares se admiten mascotas.

Al final de cada mundo debemos enfrentar a su respectivo jefe que cambia su patrón en tres fases. Ciertamente, al igual que todo el juego, estos enemigos nos son demasiado difíciles, pero aún así implica tener cierta paciencia para vencerlos. No estamos ante un título muy complicado, ni largo; de hecho, completar cada nivel puede llevarnos entre 5 y 10 minutos dependiendo de qué tanto nos clavamos en querer encontrar absolutamente todos los secretos.

Cabe resaltar al Modo Cooperativo como uno de los puntos fuertes del juego. Jugar con un amigo agrega diversión, cada uno moviéndose de manera independiente. Si bien se pudieron haber incluido algunos niveles optimizados específicamente para esta función, se entiende perfectamente que el juego está ideado para que se disfrute por igual de manera individual; de hecho, se puede cambiar de personaje en cualquier momento en el mapa del mundo.

Mundo mágico

El diseño artístico de “Nikoderiko: The Magical World” destaca por su estilo caricaturesco y su vibrante paleta de colores. Cada mundo ofrece una estética única, desde selvas luminosas hasta cavernas oscuras, todas llenas de detalles fantásticos. Las animaciones son fluidas, mientras que las texturas y partículas enriquecen los escenarios. Por su parte, sin sobresalir, la iluminación permite que las sombras y hasta los reflejos luzcan adecuadamente.

La música de David Wise captura la esencia de la aventura con melodías pegajosas y cambios de intensidad que acompañan perfectamente cada momento del juego. Desde timbales en los niveles de selva hasta tensas cuerdas en las batallas contra jefes, el apartado sonoro brilla con personalidad. A su vez, los efectos de sonido funcionan con lo más esencial.

En cuanto a las voces, el juego mantiene las discretas interpretaciones en inglés complementándose con campos de textos debidamente localizados al español, inglés, ruso, italiano, chino, alemán, portugués, francés y japonés.

Familiarmente divertido

Por naturaleza, el juego es familiar, pero realmente cualquier jugador que disfrute de una aventura plataformera puede terminar con una sonrisa dibujada en su rostro ya sea de manera individual o cooperativa, sobre todo porque se trata de un juego sumamente accesible para todo tipo de gamer, sabiendo ofrecer un reto adicional para los completistas.

Pese a que el juego padece con los tiempos de carga y algunos bugs menores, como dejar trabado al personaje teniéndolo que agitar para salir del atoro, “Nikoderiko: The Magical World” es un título que logra equilibrar la nostalgia y la modernidad trayendo de vuelta las mecánicas que tanto gustaron en juegos noventeros entrañables en un entorno sumamente atractivo y funcional, lleno de referencias clásicas.

“Nikoderiko: The Magical World” ya se encuentra disponible para PlayStation 5, Xbox Series X|S y Nintendo Switch. Próximamente llegará a PC.