Reseña: “Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio”

: Eder Quintero; 27 Marzo 2024

Reseña: “Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio”

Imágenes: Cortesía Warner Bros. Pictures

Video: Cortesía Warner Bros. Pictures

Los dos más imponentes monstruos del cine se vuelven a encontrar para hacerle frente a una amenaza mucho más grande en “Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio”.

Universo Monstruoso

Se cumplen 10 años desde que comenzó el MonsterVerse con el reinicio hollywoodense de “Godzilla” para posteriormente presentar al tremendo primate en “Kong: La Isla Calavera” en 2017. Después de que “El Rey de los Monstruos” tuvo su enfrentamiento contra sus más temibles enemigos en una segunda entrega estrenada en 2019, ambos titanes se enfrentaron en 2021 con la llegada de “Godzilla Vs. Kong”. Ha llegado el momento de que hagan equipo para acabar con un mal que asedia desde hace muchísimos años.

Tras cuatro películas, se supondría que el desarrollo de ambos monstruos ya debería estar sumamente avanzado, al menos lo suficiente como para entrar directamente en el conflicto principal; no obstante, “Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio” prefiere justificar en demasía su trama y esto vuelve a enfocar la atención en Kong dejando extraviado a Godzilla por una buena parte de la historia, algo inverosímil si consideramos que se trata del máximo protagonista, no solo porque es el primero en el título, sino porque es, en efecto, “El Rey de los Monstruos”.

Choque de titanes

“Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio” nos lleva a dar un paseo de más de una hora por la Tierra Hueca simplemente para exponernos la vida de Kong, enfatizando su soledad, pero también su imponente fuerza cuando se encuentra en peligro. Es así como adopta, muy a la fuerza, a un pequeño monstruo de su misma raza que invariablemente nos hace recordar a Diddy Kong con toda la ironía legal que esto representa.

Entre tanto, Kong descubre un territorio inexplorado en donde habita Skar King, otro gran primate cuyo propósito es dominar la superficie y acabar con los humanos, apoyándose en un ejército al puro estilo de “El Planeta de los Simios” y su control mental del titán de hielo Shimo. A la par, Godzilla despierta de su sueño habiendo detectado que un gran peligro se avecina, es entonces que comienza a recargarse de toda la energía posible, preparándose para otro mortal enfrentamiento.

A su vez, durante su viaje a la Tierra Hueca, acompañada de un grupo de otros humanos, Jia (Kaylee Hottle) comprende que es descendiente de una antigua civilización que conoce la historia del terrible monstruo que busca nuevamente satisfacer sus instintos más básicos. Junto a Mothra, la pequeña puede ser la clave para salvar a la humanidad.

Imperio seguro

Ciertamente la película pierde demasiado tiempo en tratar de justificar una trama que, por demás ya está justificada y es entonces que el intermedio se siente muy desaprovechado; de hecho, sorprende que el guion inicia muy acelerado para después aletargarse y rematar con el clímax esperado. Al final, desde que se anunció la película, se hacía notar que Godzilla y Kong unirían fuerzas, por lo que no era necesario dar tantas vueltas para llegar a ello, al grado de valerse de gags absurdamente funcionales para mantener la atención el espectador.

Si bien los efectos visuales son bastante llamativos, están muy lejos de emular lo logrado recientemente por “Godzilla Minus One”. Eso sí, las escenas donde se muestran las dimensiones de los monstruos resultan genuinamente imponentes; lo mismo ocurre con un par de cuadros en donde los antagonistas ven directo al espectador con los ojos abarcando toda la pantalla. Lo anterior se acompaña con un adecuado diseño de sonido con un ligero toque envolvente, así como con una satisfactoria banda sonora.

Resulta sorprendente que, con muy poco, el MonsterVerse se mantenga tan rentable. En realidad, todas las producciones han sido bastante regulares, pero tienen ese “algo” que nos hace querer más, valiéndose de dos queridísimos íconos del cine que han marcado a generaciones.