Imágenes: Cortesía MUBI
Para quienes alguna vez llegaron a soñar con una mejor versión de sí mismos llega al cine la película “La Sustancia”, con Demi Moore dentro del elenco.
“La sustancia” es una película que realiza una maravillosa crítica social y cultural en la que pone de relieve la actitud visceral de una sociedad decadente, materialista y superficial heredada de Europa y llevada a la cúspide en Norteamérica. En estos lugares se crea la ilusión del logro del estrellato, la fama y la gloria que pareciera durar para siempre, pero que, al cabo de unos años, al extinguirse la juventud y la belleza, se van con ella el respeto, los aplausos y el trabajo, dejando en completa soledad y desamparo a quien entregó su vida al espectáculo, el cine, los programas televisivos y el entretenimiento en general.
“La sustancia” relata la historia de Elisabeth Sparkle (Demi Moore) que, con una breve e inteligente introducción de una estrella de Hollywood en el Paseo de la Fama, se pone en evidencia el paso del tiempo, la vida de la actriz, la cúspide de su éxito y su terrible abandono y olvido. Luego se da espacio para presentar a la actriz madura que es despedida despiadadamente por los hipócritas inversionistas y jefes televisivos, quedando sumida en una depresión que resulta en un accidente automovilístico. En el hospital conoce a un médico particularmente singular que le ofrece una salida a su cruel vida, la entrada al mundo de la sustancia.
Está sustancia es una inyección de una sola toma que genera una producción igual de células que al seccionarse generan una réplica más joven de la muestra matriz, posibilitando tener un cuerpo joven que podrá llevar una vida normal por espacio de siete días, para luego invernarse por espacio de otros siete días mientras el cuerpo matriz vuelve a la acción y así sucesivamente, a razón de que el cuerpo que está invernando produzca una sustancia especial que permite la regeneración celular y con ello se obtenga salud y belleza sin igual.
De esta manera, Elisabeth da vida a su otra yo de nombre Sue (Margaret Qualley), quien logra remplazar a Elisabeth en su afamado programa matutino de ejercicios pilates, pero lo hace de una manera renovada y llena de encanto, un encanto sin igual que embelesa a propios y extraños, llevando este nuevo programa a una audiencia mayor y a un puntaje inimaginable de rating. Sue alcanza la cima del estrellato apareciendo en portadas de revista y en programas televisivos, siendo el rostro y cuerpo más conocido del momento, situación que le hace perder la razón, comenzando a alterar el espacio de siete días, tomando más distancia del cuerpo matriz de Elisabeth causándole distorsión, vejez y enfermedad al cuerpo matriz.
Entonces, comienza la lucha entre los dos cuerpos de Elisabeth, propiciándose problemas constantes y abusando del poder que tiene una sobre la otra cuando toca el tiempo de poner el cuerpo a descansar. Así, Elisabeth se empeña en comer demasiado para sabotear el cuerpo perfecto de Sue, mientras que esta toma de la espina dorsal de Elisabeth todo el flujo nutricional que puede para mantener su juventud y belleza al máximo para seguir gustando al público y a los productores que la han puesto en la cima del estrellato.
La verdad es que “La Sustancia” es una muy inteligente película que no se complica mucho en cuanto al tema de la argumentación. Con la simple premisa sobre la inyección mágica que te genera un cuerpo rejuvenecido y la de alimentarse mutuamente por siete días para lograr vivir esa doble vida, la película logra propiciar un sinfín de situaciones de lo más interesantes a nivel psicológico y emocional, en la que la confrontación entre ellas resalta el conflicto habitual que suele tener el ser humano consigo mismo, especialmente la mujer, que encuentra una y mil razones para sabotearse y desconfiar de su belleza, sintiéndose cada vez más inútil y sola con firme su belleza y juventud se van agotando.
“La Sustancia” presenta un maquillaje extraordinario, una sucesión de colores y tomas minuciosas muy cercanas para enfocar detalles ínfimos de los protagonistas y de lo que está a su alrededor, una sucesión de eventos que van creciendo en intensidad hasta llegar a un magnífico clímax que termina por reventar como una úlcera sangrante sobre los espectadores, exaltando la muerte delirante y lo absurdo de este paradigma en el que la mujer vale mientras tiene firmes sus senos y sus glúteos, viviendo el glamour de la vida de artista mientras le es satisfactorio para los magnates empresarios sin escrúpulos cuales niños hedonistas que se congratulan con el uso de la fuerza y el abuso para obtener productos sexistas en el que se exagere el deseo sexual y sirva como producto de canje por la felicidad del público igualmente adoctrinado por la postura de estos cerdos, encabezados por el personaje interpretado por Dennis Quaid.
Al final, la película se convierte en una oda al sufrimiento, a la muerte lenta, a la vejez, a los traumas, al sexismo y, por supuesto, un himno a las miles de muertes de víctimas mujeres que, a causa de este adoctrinamiento de consumismo sexista, pierden diariamente la vida a manos de delincuentes sexuales, o a quienes dan su vida entera a sufrir lo necesario para dar espectáculo y por mantener su cuerpo perfecto. Con muchos desnudos y cierta recreación de personajes como Cuasimodo, Igor y Frankenstein, “La Sustancia”, de una forma muy especial y distinta, expone a su vez una especie de brujería científica jugando con recuerdos colectivos de historias por todos conocidas.
Título: La sustancia
Título original: The substance
País de origen: Reino Unido, Francia
Idioma original: Inglés
Género: Drama | Terror | Comedia
Duración: 141 minutos
Dirección: Coralie Fargeat
Elenco: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid
Estreno en Estados Unidos: 20 de septiembre de 2024
Estreno en México: 19 de septiembre de 2024
Formatos: 2D | Subtitulada y Doblada al español
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