Imágenes: 20th Century Fox
La mente nos ofrece un “Poder sin límites”; sin embargo, la opresión del sistema nos ha orillado a no poder utilizarla a su máxima capacidad, pero ¿qué pasaría si pudieras desarrollar las capacidades que el cerebro te puede ofrecer hasta parecer tener súper poderes?
Andrew (Dane DeHaan) es un joven que, como muchos otros, sufren abusos de sus compañeros de escuela y, peor aún, en su propio hogar a causa de su violento padre; sin mencionar que su madre, quien parece ser la única a la que le guarda un cariño, se encuentra agonizando. Ante esta presión familiar y social, decide comprar una cámara de video y grabar absolutamente todo, desconociendo que esta sería testigo de un evento sin precedentes.
Un buen día Steve (Michael B. Jordan) y Matt (Alex Rusell) se encuentran con un extraño lugar y piden la compañía de Andrew para registrar todo con la cámara. Los tres jóvenes quedan expuestos a una energía desconocida y comienzan a desarrollar el cerebro a tal grado de poder controlar las cosas con tan sólo pensarlo. ¿Cuál es el límite del poder mental? Al no conocerlo, deciden poner reglas en el uso de sus nuevos poderes, pero una mente sedienta de venganza difícilmente puede contenerse.
“Poder sin límites” es una película llena de analogías dentro de su trama de ficción que fácilmente pueden materializarse en la vida real; la euforia, el bullying, la violencia familiar, las reglas, la justicia e injusticia según los puntos de vista y la venganza, son tan sólo algunas premisas que se manejan dentro del filme. Tal vez el mejor perdón sea la venganza; después de todo, un ser humano, creyéndose un ser superior en la Tierra, no siente remordimiento al aplastar a una mosca, ¿qué pensarías si en determinado momento tú fueras esa mosca? Posiblemente, la evolución se encargue de darnos la respuesta.