Imágenes: Cortesía Disney+
Transportada al corazón de un pequeño pueblo italiano, Portorosso, la audiencia de Disney+ ya está disfrutando con “Luca” de exquisitos gelatos, aromáticos espressos y una historia conmovedora acerca de la amistad, la transformación y el poder de animarnos a ir más allá de lo que conocemos.
Sin duda, la película más reciente de Disney y Pixar es un pasaporte mágico hacia un mundo con tintes de nostalgia que conquista al espectador a través de los ojos y los oídos, y el responsable de esa magia es un dream team de realizadores, artistas y técnicos que dio vida a la historia.
Aquí, algunos detalles sobre la creación del mundo de LUCA, contados por el equipo detrás de la película.
Una animación con desafíos sin precedentes
“Luca” sigue la historia de un niño que vive un verano inolvidable en Portorosso, donde se embarca en aventuras increíbles junto a su nuevo mejor amigo, Alberto. La diversión de los chicos, sin embargo, se ve amenazada por un secreto fascinante: son monstruos provenientes de un mundo que se encuentra debajo de la superficie del agua. Cuando ellos están en tierra firme, tienen la habilidad de adquirir aspecto humano y disfrutar al máximo de todas las maravillas que Portorosso les ofrece, pero el más mínimo contacto con agua los lleva a regresar nuevamente a su forma original de monstruo marino, quedando expuesta su verdadera identidad.
La directora de diseño de personajes, Deanna Marsigliese, cuenta que la estética de los personajes de “Luca” tuvo muchas fuentes de inspiración, entre ellas fotografías históricas italianas, los monstri marini de los mapas antiguos, el carácter casero de las artesanías, las ricas texturas de las ilustraciones científicas y, por supuesto, el estilo suelto y juguetón de los dibujos del director, Enrico Casarosa. “Quería que nuestros diseños tuvieran un carácter orgánico y textural, que fueran entrañablemente imperfectos y juguetones y, al mismo tiempo, sofisticados. Esta es una historia contada desde el punto de vista de un niño, de modo que era importante que esto se reflejara también en el diseño de los personajes. Me guie por dibujos infantiles y la franqueza con la que dibujan”, relata.
Para crear a los monstruos marinos, los animadores estudiaron representaciones medievales que aparecían en la Carta Marina, un mapa del renacimiento del año 1539, además de las esculturas de monstruos marinos que hay por toda Italia. “Realmente quería que estos diseños fueran únicos. Notarán los hermosos diseños irregulares de las escamas, como talladas a mano. Verán diferentes tipos de aletas faciales, de cimeras festoneadas, de espinas filosas, de membranas interdigitales y de floritura en las colas. Y a medida que el monstruo marino envejece, estos rasgos se vuelven más grandes y llamativos. Son hermosas criaturas, y combinado con la iridiscencia y sus maravillosos colores, podrían pasar por bisutería”, comenta Marsigliese.
¿Un desafío extra? Trabajar las escamas de la cabeza. “Es la versión del pelo en los monstruos marinos. Se modelan individualmente y están siempre en movimiento”, cuenta Sajan Skaria, supervisor de personajes de la película.
En materia de movimiento, los realizadores fueron más allá y observaron atentamente los desplazamientos de las iguanas marinas. Los movimientos subacuáticos de Luca y su familia submarina están modelados a partir de eso, al tiempo que los pulpos y calamares -y su cambio de color de piel- fueron las referencias para trabajar el proceso de transformación de los monstruos cuando adquieren forma humana. “Una vez que nos dimos cuenta de que la transformación provenía desde adentro del cuerpo, que no era algo externo, todo convergió. Comenzamos con la referencia del pulpo y lo armamos a partir de allí. Pudimos hacerlo de una manera tal que los animadores pudieran verlo en tiempo real mientras hacían la animación”, señala Skaria.
Un pueblo de postal
Andrea Warren, productora de “Luca”, resume en una frase la premisa que guio el desarrollo visual de la película, y particularmente el del pueblo de Portorosso: “Queríamos lograr un aspecto de postal en la que quisieras introducirte”. Ese espíritu es el sello de los proyectos de Enrico Casarosa, el director de la película. “En La Luna, el corto de Enrico, él dirige nuestra atención hacia esas cosas que nos rodean que son bellísimas. Adoro que esta historia sea una expansión de esa sensación”, confiesa Warren.
Visualmente, entonces, no sorprende que el estilo que haya elegido Casarosa para identificar a la costa italiana donde se desarrolla la película sea el pictórico. “Queríamos darle a la película una cierta calidez y una textura como de algo hecho a mano. Queríamos captar los colores vivos, los hermosos azules del mar y del cielo. Realmente incrementamos mucho la saturación en esta película. Me gusta que el conjunto tenga una sensación orgánica, como una pintura o un boceto, que sea igualmente envolvente y muy intenso. Queremos que el público se sienta en ese lugar”, describe el director.
“A Enrico le gusta que haya mucho color, así que le prestamos mucha atención al color en los encuadres finales. Además, muchas de las tonalidades de los accesorios se eligieron con cuidado para que estuvieran de acuerdo con la época en la que está ambientada la película (fines de los años cincuenta y principios de los sesenta). Nosotros queríamos que eso se notara”, agrega la directora de fotografía, Kim White. El resultado es un mundo bellísimo que invita a la audiencia a revivir aquellas sensaciones y experiencias transformadoras de los veranos de la juventud.
Magia sonora
Para crear el universo sonoro de “Luca”, Casarosa unió fuerzas con el compositor Dan Romer. Mientras desarrollaba la película, el director escuchó música de la edad de oro italiana, y le transmitió a Romer que su deseo no era crear una banda de sonido directamente asociada a los años cincuenta y sesenta. “Quería algo que fuera más como un guiño o un recuerdo, y no algo que fuera riguroso desde el punto de vista histórico. Me dijo que lo que realmente quería era una versión más italiana del estilo de música que yo hago, lo que fue muy emocionante y liberador”, confiesa el compositor.
El acordeón, la mandolina y la guitarra con cuerdas de nylon fueron los instrumentos principales que usó Romer para crear la música de “Luca”, que fue grabada por una orquesta de 82 integrantes. Además, la banda sonora incluye temas especiales para cada uno de los tres amigos protagonistas, Luca, Alberto y Giulia, así como música especial para las secuencias de sueños de la película, en las que Luca alcanza grandes alturas y siente la libertad que añora. Esas piezas musicales se destacan por su instrumentación robusta y ritmos salvajes.
Según Warren, la música, que incluye la banda sonora de Romer y algunos temas autorizados, está diseñada para resaltar la narración: “Está enraizada en la emoción de la película. Realza la sensibilidad del lugar. Queríamos transportar al público a esta escapada a la costa desde el principio, y la banda sonora de Dan nos ayuda a lograrlo”.
“Luca”, de Disney y Pixar, disponible exclusivamente en Disney+.