Reseña: “El Galán. La TV cambió, él no”

: Eder Quintero; 07 Junio 2022

Reseña: “El Galán. La TV cambió, él no”

Imágenes: Cortesía Star+

“El Galán. La TV cambió, el no” llega a Star+ con un tono sarcástico que nos remonta a los protagonistas de las telenovelas de hace un par de décadas.

La evolución de la TV

Tal como lo dice el título de esta nueva producción original de Star+, la televisión ha evolucionado, no solo por los formatos en que el público la consume, pasando de broadcast a on demand y streaming; sino que también los géneros han tenido un retoque importante para cumplir con los gustos de las nuevas generaciones, por lo que todos los involucrados en la industria igualmente han tenido que adaptarse.

“El Galán. La TV cambió, el no” nos presenta a Fabián Delmar (Humberto Zurita), un actor retirado, renunciando a su cómodo trabajo en un crucero en Rusia y pretendiendo recuperar su buen prestigio en la televisión mexicana como el aclamado galán protagonista de los melodramas que fue años antes; no obstante, rápidamente se da cuenta que todo ha cambiado y que sus métodos y “carita” ya no son del todo útiles para las nuevas producciones lo que desata una gran cantidad de eventos chuscos.

Brecha generacional

“El Galán. La TV cambió, él no” se vale del sarcasmo para evidenciar el salto generacional en la industria del entretenimiento y funciona para exponer la brecha actual entre adultos mayores y jóvenes, por más increíble que parezca que el protagonista está completamente desentendido de cómo funcionan las cosas en la actualidad; para ello, se vale de algunos flashbacks, recordando su flamante juventud bajo la interpretación de Sebastián Zurita, hijo de Humberto en la vida real.

La serie incluye guiños hacia las telenovelas noventeras, recreando con precisión la exageración de las actuaciones, los característicos opennings con la música del mismísimo Mijares y otras tantas referencias explícitas para facilitar el desarrollo de la trama.

El humor es “ácido”, tal como lo califica el mismo Humberto Zurita, por lo que evita pastelazos; ciertamente hay momentos que roban una sonrisa sin llegar a carcajadas, volviéndose una serie entretenida que despierta la curiosidad entre el público y nos hace notar las diferencias de las producciones modernas con las de antaño en las que, según Humberto, se buscaba más al galán que al actor.