Imágenes: Cortesía
Arranca temporada de la obra “Tengamos el sexo en paz” con Sugey Ábrego y Raúl Coronado, bajo la producción de Rubén Lara en el Teatro 11 de Julio.
Abriendo la gala del teatro la noche del 22 de mayo, Sugey Ábrego, junto a su compañero de escena Raúl Coronado, llegaron en un flamante auto caracterizados para representar la obra que inicia temporada en el Teatro 11 de Julio, semidesnudos, pero con total alegría. Desfilaron por la alfombra roja dando una probadita de lo que sería la puesta en escena. También desfilaron personalidades de la talla de Rafael Nieves, Julia Gama, José Montiel, Horacio Castelo, Humberto Elizondo, Raúl Magaña y Moisés Suárez.
La obra “Tengamos el sexo en paz” trata sobre una forma muy peculiar para aleccionar al público sobre la sexualidad y sus problemáticas sociales, pero de una forma muy amena, divertida y con mucho humor en el que, ambos van representando la historia de la sexualidad desde los conflictos de Adán y Eva, pasando por algunas épocas, hasta la actualidad sin perder la objetividad del planteamiento y bajo un humor muy simple y accesible a todo el público.
El orgasmo como inicio de todo
El primer cuadro de escena e interacción con el público se da al buscar los nombres o maneras en que la gente le llama al orgasmo, siempre con este juego de albures que es de la dinámica social, sobre todo al hablar de temas que resulta mejor llevarlos con humor para quitar la pesadez del tabú y de los reproches y condenaciones culturales.
Aplauso para el sexo
Seguimos sin saber de qué va el asunto del sexo. Para avanzar sobre el tema, la propuesta escénica hace un recorrido por todos los asuntos que engloban la relación serial, la masturbación, los métodos, maneras, nombres y padecimientos que conllevan la sexualidad, mientras van escenificando cada circunstancia y cada problemática a la que se enfrenta toda persona desde que se inicia su despertar sexual.
Otro de los temas que aborda “Tengamos el sexo” es el uso de las aplicaciones y las citas o encuentros que permite el conocerse a través de interacción social en la que la comunidad entra para ver si logran hacer match y conciliar su encuentro amoroso para después plantear la gran duda: “¿Coger o no coger? o saber escoger, esa es la cuestión”, afirmación que hace Raúl severamente al exponer la búsqueda por tener salud sexual.
Pronto, los protagonistas abordan la situación de libertad sexual y aparece en escena el SIDA, en la que se menciona que, irónicamente, cuando la gente comienza a liberarse y a expresar su libertad sexual, es cuando les deviene este problema de salud mundial. Así, “Tengamos el sexo” va cerrando el círculo de temas que se inicia con Adán y Eva en su encuentro amoroso, pasando por las épocas en que se buscó siempre evadir hablar o expresar todo lo que guardara relación con lo sexual, las peripecias de los primeros encuentros y los temas espeluznantes sobre los complejos del pene chico.
“Tengamos el sexo” no es la guía definitiva de enseñanza sobre las relaciones sexuales, pero tampoco es una puesta en escena pornográfica, lasciva o grotesca; por el contrario, es un argumento simple con buena exposición actoral en la que se da un acercamiento a múltiples asientos referentes a los encuentros sexuales llevados amablemente por la simpatía y espontaneidad de Sugey y Raúl, quienes generan un ambiente relajado a la par que posibilitan la expresión y búsqueda de entendimiento sobre estos temas que puede servir de excusa para una posterior exploración sería sobre el tema, para quienes deseen hacerlo.