Imágenes: Cortesía Siemens
El accidente cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica que puede cambiar la vida de una persona en cuestión de minutos. Ocurre cuando se reduce o se interrumpe el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro, lo que puede causar un daño irreversible por falta de oxígeno y nutrientes.
Para los pacientes con stroke, el tiempo es fundamental. En un evento pueden llegar a morir hasta 1.9 millones de células cerebrales por minuto, por lo que una respuesta, diagnóstico y tratamiento rápido pueden desempeñar un papel decisivo en la recuperación, evitando que se produzcan secuelas duraderas.
Es necesario reconocer los primeros signos de un ACV a través de la metodología F.A.S.T para un diagnóstico oportuno:
- F (Face – Cara): ¿La persona tiene la cara caída de un lado o torcida?
- A (Arm – Brazo): ¿La persona es incapaz de levantar ambos brazos por igual?
- S: (Speech – Habla): ¿La persona tiene dificultades para hablar?
- T (Time – Tiempo): Si nota alguno de estos síntomas, marque de inmediato a los servicios de emergencia. Cada minuto cuenta.
Los avances en tecnología médica están transformando el diagnóstico y tratamiento del ACV, lo que permite una atención más rápida y precisa. La angiografía, junto a la tomografía computarizada y la resonancia magnética, proporcionan información mayormente significativa del área cerebral afectada, para ayudar a los médicos a tomar decisiones de tratamiento seguras, con el fin de mejorar así las perspectivas de recuperación de los pacientes afectados.
En la actualidad, el ACV es la segunda causa de muerte en todo el mundo. Sin duda, es una razón por la cual se debe trabajar en la mejora de todo tipo de intervenciones, reforzar la prevención y ampliar el acceso a la salud a más personas.
Asimismo, en México, el stroke fue la séptima causa de muerte en población en general al ocasionar 37 mil 453 decesos en 2021. En el país existen 118 casos por cada cien mil habitantes, lo que representa 170 mil nuevos pacientes al año, de los cuales 20 por ciento pueden fallecer en los primeros 30 días, y siete de cada diez quedarán con alguna discapacidad.
“La prevención es nuestra mejor defensa contra los accidentes cerebrovasculares, puesto que aproximadamente el 80% pueden ser evitados. Como compañía estamos comprometidos con la promoción de la salud, en favor del acceso a un diagnóstico oportuno y tratamientos cada vez más precisos del ACV”, dijo Sergio Arturo Domínguez, director de Cuidados Cardiovasculares para Latinoamérica en Siemens Healthineers.
Una respuesta, diagnóstico y tratamiento rápido permite no solo salvar vidas, sino también disminuir afectaciones en los pacientes que experimenten esta condición médica, como: discapacidad física, cambios en su forma de pensar y sentir, así como dificultades de comunicación; lo que a su vez puede generar pérdida de trabajo, ingresos y relaciones.
“No cabe duda de que la tecnología de precisión juega un papel importante para atender y dar seguimiento al paciente, junto con alianzas de valor con asociaciones mundiales como la World Stroke Organization para la certificación de centros especializados en Latinoamérica”, finalizó Domínguez.