Imágenes: Cortesía Coderhouse
La Revolución Digital que está viviendo la humanidad lo está cambiando todo: los modelos de negocio, los hábitos, la manera de comunicarnos, de relacionarnos, de educarnos, hasta la forma de prepararnos profesionalmente para enfrentar un mundo en constante cambio tecnológico.
Lo que representa una oportunidad histórica para reconfigurar los roles de género en todos los ámbitos de la sociedad.
Nunca antes, en las tres revoluciones industriales anteriores, se había tenido la ocasión de iniciar desde cero. La era digital es una oportunidad para resetear la configuración del aprendizaje y potenciar las competencias y habilidades digitales por igual, sin importar género. Conforme a un reporte reciente del BID, la industria de software en América Latina requerirá a más de 1,2 millones de programadores en 2025. Lo anterior pone de manifiesto el crecimiento de la industria tecnológica y la demanda de profesionales con habilidades digitales, pero también muestra la escasez de talento, lo que le resta competitividad a la región con un 48%, según un estudio de reclutamiento.
“La digitalización nos ayuda a construir poco a poco un mundo más equitativo. El cual permite a muchas personas el acceso al conocimiento, la autonomía de la educación y la capacitación constante en busca de mejores oportunidades laborales. Estamos viviendo un momento de transición y es nuestra responsabilidad como empresas ayudar a cerrar la brecha de género a través del aprendizaje continuo para afrontar los retos por venir en América Latina”, explica Sophie Kronk, VP of Strategy & Expansión Coderhouse México, la plataforma de aprendizaje en línea y en vivo para el desarrollo de las habilidades digitales más demandadas de la actualidad.
La capacitación digital como una de las herramientas para disminuir la brecha de género.
La transformación digital en la región avanza a pasos agigantados. De acuerdo con la Agenda digital para América Latina y el Caribe de la CEPAL, cerca del 70% de la población en América Latina y el Caribe es usuaria de Internet, y el crecimiento promedio anual de la penetración de Internet fue del 8% entre 2010 y 2019. Como resultado de esta digitalización surgen nuevos perfiles y las compañías requieren actualizar las competencias para enfrentar las exigencias de un mercado en constante cambio.
“Ante esta creciente demanda de empleo en tecnología, el rol de las empresas se volverá cada vez más fundamental a la hora de generar oportunidades para que las mujeres accedan a estos puestos. Para esto, es necesario ofrecer jornadas de trabajo que se adapten a los ritmos de vida actuales, políticas parentales que acompañen los diferentes formatos de familia actuales y acompañamiento en el desarrollo profesional, así como también ofrecer capacitaciones tanto para las mujeres como para cualquiera que ocupe puestos de liderazgo, ya que es importante que quienes marcan el camino de una empresa puedan entender y demostrar por qué las mujeres son, no solo aptas, sino que necesarias para el desarrollo de la organización”, complementa María Piczman, Chief of Staff de Coderhouse.
El ritmo vertiginoso de la aplicación tecnológica en muchos procesos empresariales ha dejado al descubierto la carencia de perfiles con habilidades digitales como Diseño UX/UI, programación, marketing digital, e-commerce o Data Analytics. La diversidad de esta fuerza laboral que requieren las compañías, supone una gran oportunidad para aquellas especialistas femeninas que desarrollen estas competencias necesarias para el mundo actual.
Este impulso en el desarrollo en la industria tech, es la oportunidad ideal para formar a más mujeres en áreas STEM en el país, ya que actualmente sólo tres de cada 10 profesionistas en estas áreas son mujeres de acuerdo a datos de IMCO, lo cual refleja que la brecha de género se hace presente desde la infancia y crece hasta que participan en el mercado laboral, la cual tiene implicaciones importantes para la productividad y la competitividad de la economía de los países.
Sophie Kronk concluye: “La participación femenina en la historia del progreso tecnológico es muy importante. Como ejemplo están el trabajo de Ada Lovelace como la primera programadora de la historia, Grace Hooper, esta última clave en el desarrollo del lenguaje COBOL, Margaret Hamilton, directora del equipo del MIT que desarrolló el lenguaje de navegación del Apolo 11. Por esta razón, la tecnología puede y debe ser catalizadora de equidad, es necesario incentivar a las empresas la capacitación constante de sus colaboradores, además de potenciar de manera extraordinaria desde instituciones educativas la formación de estos perfiles para conseguir una diversidad en un campo laboral ultra digitalizado como se vislumbra para los próximos años”.